Geografía, clima
Portugal está geográficamente situado en la costa Oeste de Europa, en la Península Ibérica. Limita al Norte y al Este con España, al Oeste y al Sur con el Océano Atlántico. Sus fronteras están definidas desde el siglo XIII, incluyendo además del territorio continental, las Regiones Autónomas de las Azores y Madeira, archipiélagos situados en el Océano Atlántico.
Con un área total de 92.094 km2, Portugal se beneficia de una excelente localización geográfica, situándose en una posición geoestratégica entre Europa, América y África. En el territorio continental, el Tajo (el río más grande) divide el norte, más montañoso, del sur, más plano y con menor relevo. También el litoral, generalmente más plano, se distingue de las tierras altas del interior. Las mayores altitudes se encuentran en un cordón de montañas situado en el centro del país: la Sierra da Estrela, con 1.991 metros de altitud, constituye el elemento culminante. En los archipiélagos, la montaña del Pico (2.351 metros) es el punto más alto de las Azores y Pico Ruivo (1.862 metros) es la mayor elevación de Madeira.
En el litoral del continente, generalmente poco recortado, los principales accidentes corresponden a estuarios (Tajo y Sado). Se suceden pequeñas bahías (Peniche, Sines, Lagos) y estructuras de tipo lagunar (Vouga-Aveiro, Óbidos, Faro). Los salientes costeros son en pequeño número y de bajas amplitudes, pero de gran belleza: cabos Mondego, Carvoeiro, Roca, Espichel, Sines, S. Vicente y Santa Maria.
El clima se caracteriza por inviernos suaves y veranos amenos. Los meses más lluviosos son los de noviembre y diciembre mientras que el período de precipitaciones más escasas transcurre de abril a septiembre.
Indicadores socio-económicos
En la última década se desencadenaron amplias reformas con resultados notables a nivel del desarrollo económico y de la cohesión social (protección e inclusión social) de Portugal.
La lucha contra la pobreza extrema, las Pensiones Mínimas, el Rendimiento Social de Inserción y el Complemento Solidario para Personas mayores, son medidas paradigmáticas de protección social. En cuanto a la intervención a nivel de inclusión social, destaca la cooperación en el apoyo a las familias en el acceso a respuestas sociales, la inversión en equipamientos, la red de cuidados continuos para personas mayores y dependientes y la intervención territorial de lucha contra la pobreza y la exclusión, teniendo en cuenta la especificidad local y el público objeto más necesitado de intervención.